La familia López de Arcaute tiene una larga historia en la región cuidando la vista de todos.
Todo empezó con Jesús López de Arcaute. Llegó a Buenos Aires desde Vitoria, País Vasco, en la década del `30. Se muda a Allen, sólo para luego traer a su mujer “Nina” y a sus hijos Amelia y José Luis. Comenzó un comercio de armería y relojería.
Por sus conocimientos, el Dr. Boltshauser le pidió asistencia para las atenciones que realizaba en el Hospital Castro Rendón, haciendo las mediciones que luego Don Jesús, de forma artesanal construía los anteojos. Agrega a su negocio, el de “óptica”. José Luis fue el primero en estudiar óptica de la familia, vivía en Buenos Aires y en las vacaciones regresaba a trabajar como embalador de fruta o peón de chacra. El mismo año en que se recibió, su padre falleció y se hizo cargo del comercio en Allen.
José Luis se casa con Alicia Petra Osiniri y tienen cinco hijos: Jorge, Perla, Pablo, Susana y Eduardo. Todos profesionales y comprometidos con el trabajo del negocio familiar. En 1954, en Cipolletti abrieron la segunda óptica.
En 1960, se inaugura “Óptica Neuquén”, en la calle Rivadavia 116. El trabajo realizado les permitió abrir distintos locales en la región. Varios de ellos fueron vendidos y hoy permanecen abiertos los locales de Cipolletti, de Neuquén y 2 en Plottier. En 1980, mudan su local de Neuquén, al frente del anterior, en Rivadavia 145 donde funciona actualmente.
Desde la labor artesanal de don Jesús hasta la atención profesional de Perla, Pablo y Eduardo y la inclusión de Julián Correa Uranga, el hijo de Perla, son cuatro generaciones de ópticos en esta familia.