Un comercio ubicado en Riccheri al 500 fue clausurado este fin de semana luego de detectarse que allí se vendía alcohol pasadas las 23 y a menores de edad. Pocos días antes había sido infraccionado por la misma irregularidad. Durante el procedimiento el propietario del local agredió a un inspector municipal y a efectivos policiales hasta que finalmente fue detenido. “Fue un fuerte disgusto que, como sucedió la semana pasada con una vendedora ambulante, nuevamente personal de la dirección de Comercio resultó agredido. Esto fue una batahola que gracias al profesionalismo de la policía no terminó peor”, manifestó el subsecretario de Fiscalización Externa, Gustavo Orlando.
El funcionario recordó que la semana pasada al mismo comercio -habilitado para funcionar como rotisería- se le labró una multa por vender bebidas alcohólicas fuera de horario y que “a través de las cámaras de seguridad -que se han puesto a disposición de estos operativos- se detectó que durante la madrugada del domingo nuevamente estaban vendiendo y que incluso había hasta cola de clientes esperando para comprar, muchos de ellos menores”.
“Cuando el inspector le dice que es reincidente en un término menor a 7 días y que se va a proceder a la clausura estalló la ira de este hombre, lo agarró del cuello y le propinó una trompada en la mandíbula; los policías entran y también reciben golpes, porque tiraban botellas plástico con bebida adentro”, relató.
Posteriormente se procedió a decomisar “por el nivel de agresividad” todo el alcohol y las heladeras que tenía el comercio. El propietario, en tanto, fue detenido “por hechos vandálicos en la vía pública y se radicaron las correspondientes denuncias”.
Orlando explicó que al tratarse de un local con licencia comercial vigente, el primer paso es una infracción, el segundo la clausura y si se detecta nuevamente la irregularidad el municipio puede quitarle el permiso para funcionar como comercio.
También destacó que la Policía Provincial haya puesto a disposición las cámaras de seguridad: “Estamos trabajando en conjunto sobre este tema y se nos avisa sobre los lugares que ellos detectan que venden alcohol, así que hemos agregado el recurso tecnológico para continuar con la intención de erradicar este gran negocio de la venta clandestina de alcohol”.
El subsecretario consideró que se siguen detectando este tipo de situaciones “porque la ganancia es realmente importante” y debido a que se subestima el trabajo municipal: “Piensan que los infraccionamos una vez y no vamos a volver, que no vamos a estar atentos, pero hay un trabajo constante de seguimiento y totalmente individualizado”.
El fin de semana se realizaron otros cuatro operativos por venta de alcohol: tres en comercios de los barrios Amsur, Gran Neuquén Norte y Toma Norte, y el restante en un domicilio particular en toma La Familia.