
BIO
Nací en un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe, estudié la carrera de Lic. en Psicología, profesión a la que me dedico desde 1989, hice algunos postgrados en intervención psicosocial y estudios de género.
En relación al arte he indagado en propuestas varias de manera autogestiva, entusiasta, nómade e informal como modo de transformar lo siniestro en maravilloso, como estrategia (a veces inconsciente) de dislocar la crueldad de este mundo.
Entre 2005 y 2015 participé del grupo de teatro ESCÈNICA TEADANZ experimental dirigida por Carlos Barros. En 2020 participé del taller ESTO NO ES FOTOGRAFÌA con Marina Cisneros.
Desde 2020 me estoy especializando en el collage analógico con la guía sagaz de Carolina Chocrón y en grabado acompañada por la mirada atenta, militante y generosa de Rodrigo Quiroga Rojas.
Entre 2022 y 2023 participé del taller de poesía queer diseñado, producido y astutamente acompañado por Vir del Mar.
Producciones: entre 2005 y 2015 fui parte del elenco en varias obras de teatro y participaciones nacionales e internacionales con el elenco ESCÉNICA TEADANZ dirigido por Carlos Barros del teatro Ámbito Histrión. En diciembre del 2021 participé del fanzine REFUGIO, proyecto ESTO NO ES FOTOGRAFíA organizado y curado por Marina Cisneros. En marzo de 2022, fui parte de la exposición colectiva de collage analógico “AMULETOS” curada por Carolina Chocrón en TACHA (Bs. As.). En diciembre del mismo año activé en la muestra colectiva de grabado COSMOS Y ESTROPICIOS en Museo estación cultural (MEC) de Fdez. Oro y en abril 2023 participé de la exposición colectiva de collage analógico ZAFARRANCHO en el MEC, ambas curadas por Rodrigo Quiroga Rojas. En 2023 fui parte del intercambio gráfico internacional Tandil y la muestra respectiva en el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil organizado y curado por María Cieri. También en 2023 participé de la convocatoria internacional de poesía visual organizado por 2084 futuros imaginados desde el sur y aura poesía visual
TEXTO DE SALA
La técnica artística collage es una oportunidad de experimentar el ensamblaje, nos anima a despabilar la capacidad de crear desde la incongruencia y la ironía. A partir de esta experiencia multidisciplinar de descomponer, es posible habitar el caos, denunciar los acostumbramientos acartonados, acercarnos al absurdo creando mundos ambiguos que intentan perturbar los supuestos desde los que las personas se piensan, se vinculan, aman y también odian.
Este proyecto pone el cuerpo en escena, rebuscándose en la naturaleza como lenguaje universal. Inspirado en la medicina pittoresca o museo médico quirúrgico que es una completa colección de láminas, grabadas en acero, de anatomía general, descriptiva, quirúrgica y patológica, cuya edición original fue publicada en 1834 en París por Antoine Laurent Jessé Bayle, profesor de medicina, bibliotecario y director de la Encyclopédie des Sciences médicales. Estas láminas conforman el corpus material principal y fundacional de este proyecto al que se le complementa con materiales variados donde el detalle, la transparencia y la articulación desopilante de fragmentos nos empujan al mundo de las pasiones, el sexo, la muerte, los partos y lo monstruoso como posibilidad humana.
Dice Daniel Sans: la obra nos refiere a la metafísica de la Ciencia Moderna. Precisemos a la metafísica como el campo que rebalsa de epistemología y método científico, pero también de ideologías, creencias y moral; paradigmas y mitos, rituales y dispositivos; metafísica que se articula con una organización social, política y económica; y que expresa y comunica una estética que la escenifica. La estética de la Ciencia Moderna de pleno esplendor en el siglo XIX. Fragmentos de cuerpos humanos; rostros; articulaciones y órganos (órganos de los que hoy se anuncia se ofertarán en el mercado “libre”); también partituras y partes mecánicas; prótesis y vendajes; plantas y animalia.
Guadalupe Lazzaroni con esta obra, su conjunto y cada parte, nos muestra el final y los límites de la metafísica de la Ciencia Moderna. Esa es la intervención que esta obra logra, muestra que la metafísica de la Ciencia será desbancada y que la poiesis de esta obra, si entendemos poiesis como esa función del arte que logra mostrar una alógica respecto al discurso hegemónico, materializa.
Estefani Vicens aporta: Para quienes escribimos, las imágenes cuentan, narran, dicen de la autoría, anuncian épocas, secuencian, sitúan. La obra: “Cuerpos, lo monstruoso y las pasiones” conjuga esa animalia que reconozco como propiedad de la vida, es definitiva la transcripción cotidiana que logra específicamente esta tira conjugada de cuerpos enteros. Están completos, los cuerpos, cada imagen es uno solo. Articulados componen otros cuerpos, inclusive unos dentro de otros, forman máquinas de la naturaleza. Dicen de estéticas, cuentan sobre artificios diseñados para la vida. Contraponen la humana fragilidad con la máquina viva. Diremos algo puntual, específico, al mirarlas sucede que la percepción logra afectación. Imágenes como un cuerpo afectando el propio cuerpo de quien está espectando. El impacto es emocional, aquellas texturas nos topan con fantasías que solemos reprimir cuando tocan el dolor y que dejamos libradas al azar y escapar cuando van hacia la alegría. Las imágenes son exactamente lo que se siente cuando experimentamos un cuerpo agotado, apenado o enamorado de la vida, entusiasta y motivado.
El collage, en esta obra, con la imperfección propia de la técnica, despierta lo símil onírico, lo ominoso y maravilloso a la vez, que solo logramos experimentar cuando soñamos. Esa aventura interminable de asociaciones, la inventiva de la vida que resulta una experiencia sublime sobre la dimensión del propio cuerpo. Nadie podría negarme que seremos cuerpos imperfectamente distintos, pero con los mismos riesgos de desgaste, también de amar, sufrir, sentir placer, goce de la vida. La representación me es infinita, hasta la muerte, hasta siempre.
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