Esta muestra, que reúne en esta oportunidad 150 obras, de artistas visuales con diferentes búsquedas y recorridos, surge como iniciativa de la Asociación Neuquina de Artistas plásticos hace más de diez años como una forma de mostrar el caudal de producción de los artistas y la necesidad de contar con espacios de exposición que acompañen el desarrollo de la escena regional.

Esta edición coincide además con los 50 años de ANAP, esta institución sin fines de lucro  se crea en el año 1973, y continúa siendo la única en nuestra ciudad. La primera Comisión Directiva estuvo formada por don Emilio Saraco, Jorge Gueijman, Noemì San Agustìn de Castilla, Elva Elissetche, Beatriz Bolatti, Marta Lòpez, Sara Laurìa, Luis Castilla, y Elena Lapuente. Designan al primer presidente a Jorge Gueijman. Su principal objetivo es la divulgación de las expresiones plásticas en todas sus técnicas, promoción de exposiciones, conferencias audiovisuales, cursos de perfeccionamiento. Realización de exposiciones de artistas nacionales o extranjeros residentes en otras provincias o Capital Federal, el estímulo de las actividades creadoras en todos sus niveles. Desde su nacimiento y hasta la fecha ANAP ha venido desarrollando diversas actividades artísticas.

Invitamos a la comunidad  a visitar esta gran exposición colectiva que estará expuesta en la Sala de arte Emilio Saraco hasta el 22 de julio, de martes a viernes de 9 a 20 hs y los días sábados de 16 a 20 hs.

TEXTOS DE SALA

Esta muestra es un Manifiesto Vivo de Acción Estética y Política. 

Organiza muchas formas de producción independiente desde alternativas a las Normas, Reglamentos, Fórmulas e Industrias Culturales. Surgió hace más de diez años del Horror al Vacío histórico por la falta de espacios y políticas públicas que potencien y jerarquicen, libre y realmente el desarrollo regional de la Plástica y esta situación aún continúa profundizándose. Sin ir más lejos ANAP, fundada en el siglo pasado y celebrando en este 2023 sus 50 años de vida asociacionista sigue luchando hoy por tener una Sede propia para el desarrollo de sus actividades. 

Cada año vuelve a ser un punto de partida. Un elemento organizador para volver a orbitar alrededor de ANAP, conocer e integrar la asociación y poner en debate los temas de la Plástica y las Culturas atentos a las necesidades y particularidades de cada época velando por la vida democrática hacia su interior, de forma independiente. 

Horror Vacui en latín significa literalmente Miedo al Vacío. 

A lo largo de toda la Historia del Arte es elegido para denominar ese tipo de arte en el que los motivos y diseños cubren la totalidad del soporte sobre el que se encuentran. Este tipo de obra es muy común en la cerámica de la América Prehispánica tanto como en las Culturas Celtas o el Barroco, las Culturas Orientales y hasta en la actualidad, esta forma se manifiesta en nuestra vida cotidiana muy a menudo. Como contrapartida, entonces; “se llena el vacío” para vencer al temor de su existencia.

Horror Vacui o Miedo al Vacío, es también aplicable a esa enorme sensación de angustia o incertidumbre que se siente ante un “lienzo en blanco” antes de comenzar una obra de arte. 

Es eso que existe justo antes del inicio. No es nada y a veces es el inicio de todo.

ANAP abraza al Horror Vacui como todo un Concepto. 

Horror vacui es asociarnos, reunirnos bien juntos para vencer al vacío del espacio llenándolo de Arte.

Esta muestra continúa configurándose como una galaxia regional de obra plástica, que se presenta cíclicamente ante nosotros una vez al año, en la que la energía organizadora de cada una de las formas, ubica ecléctica y a la vez armónicamente el brillo individual de cada obra en un mapa multidimensional enorme; que más allá de los tamaños, las temáticas, las edades, los estudios, la trayectoria personal, los estilos o los diversos lenguajes; consigue configurarse como un Todo. Nos permite entrar en ella y sentir la diversidad como una poderosa fuerza que lejos de separar, nos anima a establecer infinitas conexiones como si se tratara de dibujar constelaciones en el cielo, con la punta de los dedos.

Nos acerca a la Obra Plástica Contemporánea a nosotros mismos, de forma presencial. Se manifiesta el Arte para ser parte de la vida misma.

Matías Giusti. 

¿Por qué no hacemos una muestra donde cada quien muestre lo que quiera?

Desde el incio fue una propuesta simple y posible. En un contexto de políticas públicas que no abrazaban al conjunto de la plástica local decidimos invitar a exponer a quien quisiera, con lo que quisiera. Y así, se detonaron múltiples acciones de revinculación de individues con su quehacer plástico. Se terminaron cuadros a medio hacer, se les pasó el plumero a otros tantos, se presentaron trabajos hechos en la escuela de arte, se pidieron de vuelta cuadros prestados, todo para participar de Horror Vacui. Intuyo que aún continúa siendo un poco así. 

La invitación hace 10 años fue a mostrar que había con qué llenar el vacío, pero no solo el de la pared, sino el vacío de posibilidades. Mostrar que con casi nada, en realidad con un poquito de cada une se podía armar algo más grande, con más peso. Y hablo de la muestra, pero también de ANAP. Juntarse a mostrar, a pensar, debatir y compartir desde la diversidad.

Saraco (el artista, no la sala) fue fundador de ANAP. Hoy, 50 años después, ANAP lleva este dispositivo bandera nómade llamado Horror Vacui por primera vez a la Sala que lleva el nombre de Saraco. Vueltas de la vida. ¿Podemos pensar que Horror Vacui en la Saraco es una conquista plástica, un deseo, o es producto del éxito, mérito a la persistencia en el tiempo? A mí me gusta pensarlo como un autohomenaje, de ANAP para ANAP, un fuerte aplauso por seguir insistiendo y llevando sin querer queriendo la micro rebeldía plástica hacia afuera y hacia adentro de la asociación.

Marina Vago