Durante el fin de semana, los inspectores secuestraron 23 vehículos, de los cuales 17 fueron por alcoholemia positiva. El caso más alto fue el de un motociclista que registró 1.38 gramos de alcohol por litro de sangre cuando el máximo tolerado es de 0,2. “Cada vez detectamos más conductores de motos alcoholizados; de hecho en los últimos tres controles contabilizamos niveles más altos que en los automovilistas”, planteó el subsecretario de Coordinación, Francisco Sánchez.
En los dos controles efectuados con anterioridad, fueron secuestrados un total de 21 y 16 vehículos, respectivamente. En el primero estuvieron involucrados cuatro motociclistas, y otros cinco en el siguiente, con registros de alcohol en sangre muy por encima de lo permitido.
Además, en el último operativo, una mujer, de aproximadamente 40 años, se atrincheró en su coche y se negó a realizar el test de alcoholemia. Los inspectores dieron intervención a la Policía y al Sistema Integrado de Emergencias (SEIN), y pese a la reticencia que opuso la conductora, labraron dos actas: una por alcoholemia positiva -“al negarse se presume que estaba alcoholizada”, explicó Sánchez- y otra por obstaculizar el procedimiento.
“En definitiva, el auto de la mujer fue secuestrado y recibirá una pena bastante más alta de la que se hubiera tenido de someterse al control”, agregó el funcionario. Recordó que la Ley nacional de Tránsito obliga a las personas a someterse a los controles de alcoholemia, “no es una cuestión optativa”.
Sánchez, por otra parte, llamó la atención sobre la cifra en descenso de alcoholemia positiva, pero estimó que “aún es aventurado y apresurado afirmar que se deba a una mayor concientización de la población sobre los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol”.
“Siempre estamos esperanzados de que la conducta de las personas mejore y se responsabilicen por el bien común de la sociedad, pero también entendemos -sinceró- que es parte de un proceso que va a llevar un tiempo”. En este marco, remarcó que ingerir alcohol en exceso es riesgoso para la salud de las personas pero para el tránsito puede ser mortal, y “es la razón por la que adoptamos medidas operativas para evitar muertes al volante”.
Por norma, para los conductores de vehículos de los conductores de vehículos particulares el límite tolerado es es 0,5 g/l, para quien conduce motos es de 0,2 g/l, y de 0 g/l para los responsables de manejar transportes públicos y de carga.
Escuchar audio. Francisco Sánchez, subsecretario de Coordinación.