El próximo lunes a las 20 volverá a abrir sus puertas la Sala de Arte Emilio Saraco, y será con una muestra que rinde homenaje al artista que impulsó las bellas artes en Neuquén, en los albores de la década del sesenta.
La exposición incluye conjunto de trabajos que reflejan buena parte de la obra de Saraco: hay carbonillas, esculturas, óleos y acuarelas, además de una única instalación. Se trata de 55 obras que permanecerán durante 15 días en exhibición y marcarán el retorno de la sala al circuito oficial de exposiciones, tras las refacciones efectuadas por el municipio.
Durante esta semana las obras comenzaron a instalarse en el edificio ubicado frente a la ex estación de Ferrocarril. Luego de la finalización de la muestra-homenaje, seguirá una serie de exposiciones, ya con fecha asignada hasta diciembre.
“Es un gran orgullo abrir nuevamente la sala, y nada menos que con un homenaje a uno de los impulsores del arte en la ciudad”, dijo la subsecretaria de Cultura Silvina Sosa.
Cultor del arte figurativo y realista, Saraco tuvo como premisa que “el arte debe ser comprensible para todos los públicos”. Acaso impulsada por ese precepto, su obra refleja escenas de la vida cotidiana, de los hombres que habitaron la provincia durante la llegada del artista a la región. Así, en sus trabajos hay una fuerte impronta de parajes rurales y personajes autóctonos abordados con un tono costumbrista y al mismo tiempo antropológico.
Saraco nació en Balnearia (Córdoda), el 20 de diciembre de 1912. En 1930 se trasladó a Buenos Aires, donde estudió Artes Decorativas y Bellas Artes en talleres de escultura y grabado.
Sin embargo, no fue hasta 1940 que residió en la Patagonia, en San Carlos de Bariloche, donde fundó la primera escuela Municipal de Bellas Artes y presidió durante ocho años la Asociación de Artistas de esa localidad.
Tras un viaje por Italia, España y Francia (donde visitó algunos de los principales museos de Europa), conoció parte de Sudamérica. Llegó a Neuquén en 1961, donde fue nombrado Director de la Escuela Provincial de Bellas Artes. En ese período también se desempeñó como delegado del Fondo Nacional de las Artes y secretario de Cultura provincial, cargo a los que renunció en 1966.
Desde 1975 trabajó contratado por la Universidad Nacional del Comahue para un taller que funcionó en Cipolletti. Allí realizó trabajos de escultura: bustos, cabezas y monumentos. Es una época donde también viajó de forma frecuente a la cordillera. De ese momento datan carbonillas con motivos paisajísticos, que también muestras, en toda su profundidad, los hombres que habitaron estas tierras.
En esa década también participó en un ciclo televisivo, de dos años de duración, titulado “Poemas de la noche”, en el que ilustraba con carbonillas, en cámara, el tema de cada poema, en no más de tres minutos. Ese programa tuvo una gran repercusión y todavía es recordado. Ya era un referente para estudiantes y personas vinculadas al arte.
Saraco se constituyó en una fuente de inspiración para futuras camadas de artistas plásticos. Fue distinguido a nivel nacional, provincial y municipal.
Emilo Saraco falleció el 23 de septiembre de 2001, a la madrugada, en compañía de sus familiares.
Escuchar audio. Silvina Sosa, subsecretaria de Cultura.