Lactancia

4 de agosto de 2023

Lactancia

La leche humana salva vidas, previene enfermedades, es gratis y cuida el ambiente.

Es una etapa que requiere tiempo, dedicación y esfuerzo no solo para quien amamanta sino también para la familia y la comunidad.

Desde los espacios de trabajo es fundamental apoyar la lactancia, ya que es una responsabilidad de toda la sociedad.

La leche humana es fundamental para el óptimo desarrollo del bebé desde su nacimiento, porque le ofrece todos los nutrientes y defensas que necesita.

Es aconsejable amamantar a los bebés de forma exclusiva hasta los 6 meses y luego continuar la lactancia hasta los dos años o más, con el agregado de alimentos.

Beneficios de la lactancia para vos y tu bebé

La leche humana es el mejor alimento y el más completo que puede recibir tu hijo recién nacido. Le brinda todos los elementos que necesita para un crecimiento y desarrollo saludables.

Dale solo leche humana hasta los 6 meses y evitá cualquier otro alimento o líquido: agua, té, jugos u otros.

Es recomendable continuar dándole la teta hasta los 2 años, o más.

El contacto “piel a piel” es fundamental: es muy importante que pongas a tu bebé contra tu pecho al momento de nacer y amamantalo, si es posible, dentro de la primera hora de nacido.

La lactancia favorece y fortalece la relación de afecto entre vos y tu hijo.

El calostro (primera leche de la mamá, de color amarillento) es el mejor alimento que puede recibir un recién nacido, ya que lo defiende de las infecciones más comunes.

La leche materna siempre está adaptada a las necesidades y posibilidades de tu hijo, por eso la digiere mejor que a cualquier otra leche.

La leche materna es más segura e higiénica, nunca es de mala calidad. Está siempre disponible a la temperatura justa.

A través de tu leche le transmitís a tu bebé factores de protección (“anticuerpos”) que lo protegen contra las enfermedades más comunes, hasta que sea capaz de formar sus propias defensas.

Los bebés amamantados no solo sufren menos enfermedades infecciosas (respiratorias, diarreas, etc.), sino que también tienen menos probabilidades de padecer, cuando sean grandes, enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y cáncer (/salud/glosario/cancer).

Darle teta también te hace bien a vos. La lactancia materna te protege del cáncer de mama y ovario, de la depresión posparto, la anemia, de la hipertensión, la osteoporosis y la artritis reumatoidea y además te ayuda a recuperar tu peso anterior al embarazo.

Para dar la teta es importante que estés tranquila y el bebé bien sostenido y seguro. El resto de tu familia puede ayudarte, ocupándose de otras tareas, mientras das de mamar.

La alimentación de la mamá que amamanta

Para que puedas alimentar a tu bebé exclusivamente con leche durante los primeros 6 meses, te aconsejamos que te alimentes de manera adecuada.

  • Consumí todos los días frutas y verduras de todos los colores, bien lavadas.
  • Tomá abundante agua (entre 2 y 3 litros por día).
  • Consumí todos los días leche, yogur o queso.
  • Tratá de comer un poco de carne todos los días.
  • Consumí cereales y legumbres todos los días (pastas, fideos, arroz, harinas, polenta, maíz, trigo, avena, panes, porotos, garbanzos, lentejas, soja y arvejas secas).
  • Evitá las dietas para adelgazar

Recomendaciones para que tengas una lactancia exitosa

Para amamantar, es importante que vos y tu bebé estén cómodos.

Existen distintas posiciones para amamantar y es bueno que vayas variándolas.

Sin embargo, cualquiera sea la posición siempre es conveniente:

  • Que antes de dar la teta, te laves bien las manos con agua y jabón.
  • Que estés cómoda y con la espalda apoyada.
  • Que lleves a tu bebé hacia tu pecho, y no tu pecho al bebé.
  • Que tu hijo esté bien prendido al pecho: con la boca abierta abarcando toda la areola y no solamente el pezón. Si está succionando no lo saques a la fuerza porque puede lastimarte. Para retirarlo, introducí suavemente un dedo limpio en la boca del bebé, entre la mandíbula superior y la inferior.
  • Que la cabeza y el cuerpo de tu bebé estén alineados con tu abdomen (“panza con panza”).
  • Que la cara de tu hijo esté frente a tu pecho, y su nariz contra tu pezón.
  • Que todo el cuerpo del bebé quede sostenido en tu regazo (y no sólo la cabeza o la cola).
  • Que mires a tu hijo a los ojos, ya que a través de la mirada se refuerza el vínculo.
  • Que alimentes a tu bebé cada vez que lo pida, día y noche, lo que se llama “lactancia a demanda”.

También es importante que toda la familia se involucre: pueden ayudar levantando al bebé y llevándotelo a la cama durante la noche, o acunándolo una vez que terminó de tomar la teta, haciendo las tareas del hogar, etc.

También pueden darle al bebé la leche materna extraída que dejaste en tu hogar.

Posiciones para amamantar

Existen distintas formas de amamantar. Se aconseja ir variándolas para asegurar un mejor vaciado del pecho.

1. Sentada clásica

La panza de la mamá está en contacto con la del bebé y su cuerpo se apoya sobre la falda de la madre.

2. Debajo del brazo

El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la mamá.

3. Sentada invertida

Igual que la posición anterior, pero en esta la mamá le ofrece el pecho opuesto.

4. Acostada

Es la posición ideal para amamantar de noche o después de la cesárea.

Cómo saber si tu bebé se prendió bien al pecho

Es muy importante que tu bebé se prenda bien al pecho para que pueda sacar leche sin dificultad.

Tu bebé está bien prendido si:

  • Tiene la boca bien abierta (como un bostezo).
  • No se prende solo del pezón sino también de parte de la areola (zona oscura que lo rodea).
  • El labio inferior está volcado hacia afuera.
  • El mentón y la nariz del bebé están tocando tu pecho.
  • Las mejillas se ven redondeadas. Hace mamadas lentas y profundas, a veces con pausas.
  • Podés ver u oír a tu bebé tragar.

Amamanta a tu bebé en diferentes posiciones, así lo ayudas a vaciar tu pecho de una manera pareja.

Para que tu bebé pueda seguir recibiendo tu leche, incluso en tu ausencia, podés sacarte leche con anticipación para que otra persona se la dé.

Te recomendamos seguir los siguientes pasos:

  • Lávate bien las manos y elegí una posición cómoda y relajada.
  • Masajea suavemente el pecho desde la base hacia el pezón, al principio de la extracción y a lo largo de la misma.
  • Inclinate hacia delante y sostené tu pecho con la mano opuesta ubicándola formando una “c” (pulgar por arriba de la areola y el índice por debajo).
  • Presioná al mismo tiempo con el pulgar y el índice hacia atrás. Luego apretá firmemente hacia delante, acercando los dedos entre sí para comprimir los conductos de leche que están debajo de la piel.
  • Apretá y soltá el pulgar y el índice varias veces hasta que la leche comience a gotear. Rotá los dedos alrededor de la areola.
  • Volcá la leche en un recipiente apto para alimentos, limpio, con tapa y fecha de recolección.

 

Cómo conservar la leche materna en tu casa

Es importante que uses siempre un recipiente con tapa apto para alimentos.

Como conservar la leche materna en tu casa

Es importante que uses siempre un recipiente apto para alimentos, con tapa.
Recordá que cada vez que guardes leche, debes rotular el envase colocando la fecha de la extracción. Luego cuando vayas a usarla, usá primero la leche que tiene más días de extraída.

Para conservar la leche:

  • Podés guardarla en heladera hasta 4 días.
  • Si la leche no será utilizada durante los días inmediatos a la extracción, lo ideal es guardarla en el freezer donde podrá ser óptimamente conservada hasta 6 meses.
  • Tené en cuenta que como todo alimento, debe ser conservada en frío inmediatamente luego de ser extraída; sin embargo, en ciertas situaciones donde no se tenga acceso inmediato a refrigeración la misma podría ser mantenida a temperatura ambiente (16-29ºC) hasta 4 horas.

Una forma de descongelar la leche es, si está congelada, bajándola del freezer a la heladera. También podes descongelarla a baño maría (nunca sobre el fuego directamente) o bajo el chorro de agua caliente.

No hiervas ni uses microondas para entibiar la leche.

Cómo solucionar las molestias en los pechos

A veces puede ocurrir que sientas algunas molestias cuando el bebé comienza a prenderse al pecho.

En estos casos, te recomendamos comenzar a darle por el pecho menos dolorido y variar las posiciones de amamantamiento buscando la que te sea menos molesta o dolorosa.

También podés probar darle la teta a tu bebé más frecuentemente.

Para el cuidado diario de los pezones, recurrí al método “A.L.A.S.”:

  • Aire: dejarlos secar al aire después de cada toma.
  • Lubricación: con una gota de la primera leche que producís, para evitar o tratar las grietas de la piel.
  • Agua: para lavarlos —sin utilizar jabón-, y nunca frotarlos.
  • Sol: en tomas de unos pocos minutos, siempre antes de las 11 horas y después de las 16 horas.

Es importante además que uses corpiños holgados y cómodos

Problemas comunes en los pechos

Pezones doloridos
  • Cuando te duelen al comienzo de la mamada, es porque el bebé succiona y los pequeños conductos que llevan la leche todavía están vacíos.
    Podés prevenirlo masajeando la mama desde la base para que los conductos se llenen, o extrayéndote un chorro de leche antes de poner el bebé al pecho.
  • Cuando te duelen durante toda la mamada, podés prevenirlo colocando el bebé a mamar de manera que tome toda o parte de la areola con la boca, alternando las posiciones para amamantar o evitando el vacío que se produce cuando retirás a tu bebé del pecho.
    Para eso introducí suavemente la punta de un dedo limpio entre las encías del bebé.
Pezones agrietados

Así los podés prevenir:

  • Variando las posiciones para amamantar.
  • Evitando el vacío al sacar al bebé del pecho, retirándolo lentamente y colocando suavemente la punta de un dedo limpio entre sus encías.
  • Ofreciendo mamadas seguidas.

Así los podés tratar:

  • Comenzá a amamantar por el pecho menos dolorido.
  • Buscá la posición en que haya menos dolor.
  • No disminuyas el tiempo de las tomas.
  • Si tu bebé se duerme “prendido” al pezón, retiralo suavemente colocando la punta de un dedo limpio entre las encías.
  • Después de cada mamada, colocá unas gotas de leche sobre tus pezones y permití que se sequen al aire. Aplicá el método ALAS.
Conductos tapados

Así los podés reconocer:

  • Se perciben como durezas en algunas zonas del pecho. Con el paso de las horas puede aparecer un color rosado sobre la piel y se siente la zona más “caliente” que el resto.
  • Suelen presentarse en el costado “externo” de los pechos, ya sea en el lado de arriba o de abajo.

Así los podés prevenir:

  • Variando las posiciones para amamantar.
  • Ofreciendo mamadas frecuentes.

Así los podés tratar:

  • Colocando paños de agua tibia en la zona antes de comenzar a amamantar.
  • Usando corpiños holgados.
  • Masajeando suavemente la zona afectada antes y durante el amamantamiento.
  • Colocando la pera de tu bebé en dirección a la dureza para favorecer que esa zona se vacíe.
Mastitis

La mastitis es la infección de la glándula mamaria y debe ser tratada lo antes posible.

Los síntomas más frecuentes son fiebre y horas después es posible notar en alguna parte de un pecho o en los dos, una dureza rojiza, que produce ardor y dolor.

Ante cualquiera de estos síntomas, recurrí sin demora al centro asistencial más cercano, donde se te indicará el tratamiento a seguir.

Así podés prevenirla:

  • Variando las posiciones para amamantar.

En la mayoría de las situaciones en que se presenta la mastitis, es posible continuar amamantando.

Lactancia materna y regreso al trabajo

Si tenés que volver al trabajo o separarte por alguna razón de tu hijo, podés sacarte la leche y conservarla para que otra persona se la dé a tu bebé en tu ausencia.

Los innumerables beneficios de la lactancia materna para tu bebé y para vos no son un privilegio, sino un derecho respaldado por la ley.

Informate con tiempo

Te aconsejamos averiguar si en tu trabajo hay espacios higiénicos y privados para extraerte leche una vez que te reincorpores.

Te recomendamos practicar la extracción de leche antes de volver al trabajo, no solo para que mejores la técnica, sino porque también podés armar una pequeña reserva congelada.

¡Hagamos que la lactancia materna y el trabajo funcionen!

Es fundamental promocionar los “ Espacios Amigos de la Lactancia”, los cuales tienen como objetivo brindar las condiciones óptimas para  la extracción y conservación adecuada de la leche materna durante el horario de trabajo o de estudio.

Están respaldados por la Ley Nº 26.873 que  destaca la importancia de la lactancia y las prácticas óptimas de nutrición segura para lactantes y  niños o niñas de hasta 2 años.

“ Espacios Amigos de la Lactancia” en nuestra ciudad: (acá iria el link del mapa de los espacios)

 

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