Hito Nº 9
Mitre y Bahía Blanca
Cooperativismo y compromiso social. Fundación de CALF – Socios Fundadores.
La usina del pueblo, fundación de la cooperativa CALF
En 1931 el servicio eléctrico y el alumbrado público en la ciudad de Neuquén eran prestados por la empresa Usinas Unidas mediante motores generadores de energía eléctrica. Esta empresa, propiedad de capitales norteamericanos, pertenecía al grupo SUDAM, que tenía unas 80 usinas eléctricas en todo el país. El servicio era muy caro para los vecinos de la ciudad.
En 1933 comenzó la campaña de algunos vecinos contra Usinas Unidas por las altas tarifas. El domingo 30 de julio de 1933, por iniciativa de Jesús Merino Villanueva y mediante un volante que se titulaba “Al pueblo de Neuquén” y firmaban “Varios propietarios”, realizaron la primera reunión en el hotel Confluencia.
Pocos días después en el cine La Armonía los vecinos decidieron organizarse y formar una cooperativa –donde todos pudieran decidir- para construir una usina propia que empezó a ser llamada “La usina del pueblo” y terminar con la llamada “Usina de los ingleses”. Imprimieron volantes, el periódico La Cooperación, después Energía fomentando las ideas cooperativistas. Todo un desafío en aquel Neuquén de 1933.
Pero no solo las tarifas de electricidad eran caras para los vecinos. La deuda de la Municipalidad por alumbrado público y agua corriente iba aumentando; Usinas Unidas demandó ante la Justicia el cobro. El fallo fue contra el municipio, al que se le embargaron las rentas por $10.000 por gastos y costas.
La propuesta de crear una cooperativa prendió y el 17 de diciembre de 1933 en una masiva asamblea de vecinos, nuevamente en el cine La Armonía se constituyó la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza de Neuquén (CALF) con 121 socios fundadores designándose su primer consejo directivo y aprobándose el estatuto.
1933
-Asamblea de socios de CALF-
Esa noche los primeros socios de CALF tomaron la decisión más importante en la vida de la cooperativa. Desde hacía años los vecinos y vecinas de Neuquén dependían del servicio eléctrico de una empresa extranjera, que era caro e ineficiente. Por eso, en 1933 constituyeron una cooperativa y, poco después, compraron este terreno, donde construyeron el primer edificio.
Faltaba lo más importante y costoso: comprar los motores para generar la electricidad.
Para comprarlos necesitaban tomar un crédito de (cien mil) $100.000 pesos moneda nacional. Para ello hicieron las gestiones en la sucursal Neuquén del Banco de la Nación Argentina. En asamblea, la Comisión Directiva y los primeros socios resolvieron tomar el crédito poniendo como garantía sus propiedades personales.
“Neuquén está hipotecado pero no vamos a aflojar. Entre todos tendremos la usina del pueblo y nuestro propio servicio de electricidad” era el comentario de los vecinos de nuestra ciudad.
La propuesta de crear una cooperativa prendió y el 17 de diciembre de 1933 en una masiva asamblea de vecinos, nuevamente en el cine La Armonía se constituyó la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza de Neuquén (CALF) con 121 socios fundadores designándose su primer consejo directivo y aprobándose el estatuto.
1937
Primer Consejo Directivo de CALF
Presidente: Ángel Pérez Novella
Vicepresidente: José Rosa
Secretario: Luis B. Guiñazú
Tesorero: Antonio S. Álvarez
Protesorero: Javier Salvadó
Vocales: Dr. Eduardo Castro Rendón, Dr. Luis V. Ramón, maestro Evaristo Lucero, José Vargas
Vocales suplentes: Enrique Carro, Remigio Bosch, Evaristo Santamaría, Vicente Chrestía
Síndico titular: Felipe Vitorica
Síndico suplente: José Argés
25/04/1935
El primer paso fue comprar por licitación un terreno donde se construiría la Usina del Pueblo, eligiéndose uno alejado de las casas –por el ruido de los motores- exactamente en este lugar. Para construir el edificio nuevamente se llamó a licitación, y la obra la realizó don José Búffolo.
La “Usina de los ingleses” no se quedó quieta, comenzó una campaña en contra de la cooperativa publicando solicitadas en los diarios de la región y reclamando a la Municipalidad. El Consejo Municipal con su presidente Evaristo Santamaría –primero- y Amaranto Suárez después apoyó la cooperativa. El 25 de abril de 1935 aprobó una ordenanza que le otorgó a CALF –una vez que esta comenzara a funcionar- la concesión definitiva del servicio eléctrico y el alumbrado público en la ciudad.
En 1937 se llamó a licitación para la adquisición de dos motores que generarían la energía eléctrica, que fueron comprados en Buenos Aires. Si bien los socios y la Municipalidad habían aportado el primer capital a la cooperativa, debieron tomar un crédito para la compra. Además, algunos vecinos realizaron préstamos personales por $10.000. Años después el crédito y los préstamos fueron devueltos totalmente con los ingresos de la cooperativa.
Los frutos de la perseverancia se vieron en junio de 1938, al llegar los motores para la “Usina del Pueblo” que fueron recibidos con gran júbilo por parte de la población. Comenzó entonces el tendido de postes y cables. El Consejo Municipal con su presidente Francisco Benedetti, en apoyo a la cooperativa, aprobó una ordenanza que caducó definitivamente la concesión que había con Usinas Unidas.
Por fin el 1 de noviembre de 1938 se pusieron en marcha los motores y se inauguró el servicio eléctrico de CALF. Ese día y en este mismo lugar los vecinos realizaron una gran fiesta popular para festejar el triunfo de la organización solidaria de los vecinos de nuestra ciudad y del cooperativismo para ejemplo de las futuras generaciones.
Desde 1938 CALF brinda el servicio eléctrico y de alumbrado público en Neuquén. En 1969 la cooperativa comenzó a comprar la energía a la empresa nacional Agua y Energía, cesando su funcionamiento los primeros motores. Posteriormente se incorporó el servicio solidario de sepelios, la revista de CALF, el servicio asistencial, la radio UNCo-CALF, el servicio de telefonía en Plottier, la capacitación a través del Instituto de Acción Cooperativa y la distribución de gas en garrafa.
